
Sportivo Suardi otra vez dio muestra de estar en un momento sublime de su historia. Ahora, en el Torneo Apertura se consagró en condición de visitante en el Estadio «Gustavo Di Carlo». Lo hizo de manera inobjetable. Primero cimentó su base ganadora con jóvenes talentos con los cuales terminó consiguiendo el Uno de la fase regular, con aportes de Sebastian Braida y Nahuel Fino (jugadores de Liga pero nacidos en la cantera. Después, en la etapa de playoff, sumó a sus otros jugadores de jerarquía para conseguir de manera implacable las series anteriores (todas 2-0) que lo depositaron en esta final, escenario donde consiguió su nueva estrella.
Un trabajo totalmente en equipo, a todo nivel, que combinó títulos en la categoría U21 y en Primera División, una consecuencia lógica de sus rendimientos a nivel nacional, con un cuerpo técnico con un lineamiento claro y un plantel extremadamente rico en materia individual que fue matizando en los diferentes ámbitos de competencia para redondear hasta aquí una primera parte del año fabulosa.
En el Juego 2 derrotó a Porteña 98-70 con parciales de 23-27/ 25-25/ 11-24 y 11-22. El goleador del local fue Lautaro Aguirre con 20 puntos y 12 rebotes, con 15 unidades de Matías Righetti. En tanto, en el elenco de Suardi, Luciano Lizárraga encestó 20 con 9 rebotes y Nahuel Fino 22 puntos con 9 rebotes.
En cuanto al partido en sí, hay que decir que tuvo características muy similares a lo que fue el Juego 1 en el Gigante de la Avenida, con un primer tiempo con pasajes de equilibrio, un tercer cuarto que terminó siendo gran responsable del quiebre de la contienda y después, el último cuarto que significó la administración/ampliación de la ventaja sacada por los dirigidos por el «Zurdo» Andrés Poi.
Por su parte, el equipo de Lucas Bortolón batalló hasta donde pudo, soportando un rival superior en varios aspectos, pero además, afrontando la ausencia de Rodrigo Cerdosino y en el transcurso del partido, la lesión de uno de sus líderes ofensivos, Matías Righetti.