
Con una competencia ya iniciada oficialmente en la Liga Federal, pero con los clubes de la región esperando todavía por el debut, en muchos ámbitos de la comunidad del básquet surgen cuestionamientos hacia la competencia y el interrogante de cómo abordar o planificar esta realidad y, sobre todo, para administrar bien los recursos y no morir en el intento.
Esta nueva temporada de la Liga Federal está conformada por clubes de todo el país que ganaron su plaza que, a su antojo, la CAB decidió otorgarle a cada Federación, algunas sobre la marcha, en el caso de Córdoba, haciendo un reglamento cambiante e improvisado, con una sucesión interminable de partidos para definir los ascensos.
Pero los clubes no pueden defender su plaza, todo es efímero. El tan ansiado lugar, que se defendía en la cancha, ya no existe más por la determinación de una dirigencia nacional acostumbrada a los cambios inconsultos y con marcadas deficiencias en la comunicación.
Sin estas plazas fijas en la Liga Federal, aquellos equipos con permanentes intenciones de participar a nivel nacional se encuentran ante la actual estructura en un constante círculo frenético de jugar para clasificar y volver al punto de partida todos los años. En ese marco, es muy difícil plantear un proyecto a largo plazo para sustentarse. Y por más que se diga que los equipos supuestamente de peso van a clasificar igual todos los años, el “gastadero” de plata entre PreFederal y Federal se hace cada vez más pesado.
Para arrancar hay que abonar la módica suma de $300.000. Luego, para abrir la cancha, otros tantos miles sin contar los costos adicionales de la policía entre otros. Después están otros gastos extras, como por ejemplo tener la cancha en condiciones, algo siempre necesario. Ante este marco, no falta quien sostiene que el certamen tiene mucho de impronta recaudatoria.
Ni hablar el tema para armar los planteles. Ante esta realidad, los interrogantes: para un equipo que no juega Federal ¿es viable arrancar un año con un número determinado de jugadores mayores, pensando en el PreFederal para después tener que recortar en plantel si se logra el objetivo de clasificar? Recuerden que, siendo 8 plazas para Córdoba, hay grandes posibilidades de hacerlo, pero también bajarse como han hecho algunos clubes.
Todos encaran la difícil empresa de moverse en un contexto de cuatro fichas mayores, dos u23 y tres u21 y encima pretender ser serio cuidando las arcas y pensando en lo deportivo. Si todo es favorable, es probable que un equipo pueda contar con baluartes genuinos generados en la cantera. Pero esos jugadores pasan de categoría, llegan a mayores y nuevamente se cae en la cuenta que no es sencillo reforzar la plantilla o incluso cortar a los propios.
Consultado por nuestro medio, el entrenador de El Ceibo, Eduardo “Mara” Blengini, sostuvo que “yo no lo veo algo justo que todos los años tengan los equipos que volver clasificar”
“En cualquier liga si jugaste y no descendiste, te mantenes en la categoría, pero resulta que ahora tenes que volver a jugar. No entiendo muy bien cuál es el motivo, los clubes se van a terminar cansando, si bien el torneo termina siendo lindo, hay un solo ascenso o a lo sumo dos, es muy poco. Es solo uno el que logra el objetivo máximo, el 1% de más 100 equipos” reflexionó el técnico del bicampeón provincial
También se quejó del armado del plantel y de los cupos ya que “jugas con un equipo el Prefederal y el premio si pasaste es sacarle por lo menos un jugador o dos”. “Los chicos que logran el objetivo, algunos saben que no van a seguir en el proyecto por lo que no lo veo muy viable en el tiempo”
“Las verdad es que no estoy muy contento con la forma de jugar. Después obvio que estas en el baile, queres jugarlo, ser competitivo” dijo Blengini. “Preocupa que es un desgaste en todo sentido para el club”, cerró el entrenador.
Por su parte, el gran goleador de la segunda categoría nacional y actual colaborador de El Ceibo, Matias Tomatis, arrancó diciendo que es una persona que le gusta siempre “ver el lado positivo de las cosas” aunque en este caso le cuesta bastante hacerlo.“A los que teníamos una plaza ganada y revalidada, nos hicieron jugar un reclasificatorio y eso es un gasto que el club no tenía pensado” sostuvo.
Además, no consideró prolijo que se arranque con 5 ascensos y después se agreguen más como lo que pasó en la reciente Liga Cordobesa. “¿Cómo le haces entender a la gente que vaya a la cancha para verte jugar para clasificar para algo que ya era tuyo, que lo ganaste en la cancha?” se preguntó al tiempo que analizó que “después encima te hacen jugar con los mismos equipos que jugaste el Prefederal”. De hecho, en tono a lo que manifiesta Tomatis, cabe acotar la disparidad que hay en muchas zonas en donde en algunas se juegan 12 partidos, otras 16 y hasta 18 juegos la fase clasificatoria.
También se refirió a la proeza que significa ascender a la Liga Argentina. “¡Solo un ascenso! Más que ser campeón es un milagro” disparó a modo de broma el implacable artillero.
Por su parte, Marcelo Brandolini, dirigente de 9 de Julio de Morteros se mostró enfático al considerar que “no corresponde lo de la plaza, hay que mantener, se podría participar en la Liga Provincial como obligación pero con plaza asegurada, quizá armando un equipo con menor costos, dándole mayor rodaje a los juveniles”
“Como se manejan en todas las ligas de mundo, la plaza la ganaste oportunamente y la perdes únicamente si descendes” dijo en línea con los demás consultados.
Por otra parte, también habló del esfuerzo que deben realizar las instituciones porque en “12 meses de competencia los costos son altos, hay que adaptarse, acomodarse pero siempre meterle para adelante”. Más allá de esto, no lo consideró un desgaste pero hay que “estar atentos porque es necesario una gran ingeniería financiera para tantos meses de competencia entre local (que es competitiva), Provincial y Federal”
Se quejó también que a nivel nacional “se toman decisiones sin mucha consulta ni opiniones de los clubes”
En el tramo final argumentó que desde su opinión personal “hay que liberar la cantidad de fichas mayores. En el plano de un U23, un U21 o un U23, capaz los clubes están poniendo chicos que deportivamente son menos que un mayor que dejaste afuera por el cupo de la competencia. Puede bajar el nivel del torneo, incluso, y los jóvenes tiene que ganarse el lugar deportivamente”