
El Ciclón se impuso a Quimsa por 82 a 77, ganó la serie final por 3 a 2 y conquistó su quinto trofeo en fila; Nicolás Romano, con diez puntos en los últimos dos minutos, la gran figura.
Se merecía una final así la Liga Nacional. Un quinto y definitivo juego emocionante, con los dos mejores equipos en un cierre dramático y de máxima tensión. Ganó San Lorenzo. Es el primer pentacampeón de la historia. Aunque este título poco se pareció a los cuatro anteriores. Nunca sufrió tanto como esta vez. Porque enfrente tuvo a un rival como Quimsa, que lo superaba en jerarquía individual y parecía que se quedaba con todo. Que llegó a sacarle 15 puntos de diferencia… hasta que apareció el héroe. Porque casi todas las grandes historias tiene un héroe. Y ese fue Nicolás Romano, que anotó 10 puntos seguidos en los últimos dos minutos y 20 segundos para cerrar un 82 a 77 (3-2 en el global), con el que el Ciclón le torció el brazo al que parecía ser el conjunto más poderoso de la competencia. Ya eran un récord los cuatro títulos seguidos, y ahora extendió la marca a cinco.
Pero no todo fue un recorrido sencillo bajo el contundente impacto presupuestario. El del pentacampeonato es un título que demandó un recorrido bastante distinto a los anteriores. Porque aunque tiene un gran plantel, puede decirse que este año su rival directo, Quimsa, tuvo incluso recursos superiores a los suyos. No era el Ciclón el principal candidato pero pudo seguir escribiendo la historia grande de nuestro basquetbol.
La temporada fue atípica por muchísimos motivos. Tras la suspensión de la 2019/20, esta nueva edición se desarrolló con un formato distinto, en sedes únicas (Ferro y Obras), sin público y con interrupciones sanitarias y deportivas.